03 diciembre, 2014

La temible Navidad


Se acercan peligrosamente las navidades y  por lo menos a mí ya empiezan a entrarme esos miedos y tembleques, esos nervios por juntarme de nuevo con toda la familia un año más. No me malinterpretéis cabecitas, me encanta juntarme con mi familia, y no me disgusta la navidad, pero estas fiestas, en mi casa suelen parecerse más que a una dulce dulce Navidad a Hiroshima, o a la guerra de Vietnam. Siempre siempre pasa algo, siempre alguien acaba llorando, más bien más de uno, y no de emoción navideña, no por el típico vuelve a casa por navidad, y tampoco es raro que alguien acabe en el hospital por algún ataquito de nervios y /o subida de tensión.
No nos solemos juntar muchos, menos mal, reducimos el aforo a 8 personas máximo (los niños no los cuento), y los días a 3 máximo.  Hemos aprendido que reduciendo los días y el número de personas se reducen los disgustos, los ingresos hospitalarios y los menús navideños que tantas discusiones generan. 
Forman parte de tan movidas vacaciones mis abuelos, mi madre y el Sr. P, mi tío, su mujer y sus dos niños de 3 y 5 años (terror!) y mi pareja o expareja y yo. Si cabecitas digo pareja o expareja porque ando ahí que no ando, ando ahí que no se, nos hemos dado un tiempo, un kit-kat estamos en periodo de separación eterno, estamos que no estamos. Pero tiene que venir hemos quedado en eso, porque a mi abuela le puede dar tal jamacuco que no es plan de que nos la carguemos en navidad entre belenes y villancicos, que esta la mujer delicada, es lo que tiene esta época, que es sensible a las malas noticias.
Mi familia tiene un “background” psiquiátrico delicado, mi abuela es maniaco depresiva, tiene manía persecutoria y sufre de miedos y de pánicos constantes, sufre constantemente y se preocupa por todo, lo de sufrir miedos y pánicos también lo padecen mi madre y mi tío, sobre todo sobre todo mi tío con respecto a sus hijos, se cree constantemente que se van caer, que se van a resfriar, que se van a ahogar con una longaniza, con los panchitos, que se les va a caer encima una maceta (y no tenemos macetas), que se van a meter dentro de la chimenea y los va a succionar, que se van a tragar una pieza del belén, que se los va a comer Papa Noel, que se van a atragantar con un polvorón, que les va a pisar un camello, que se los va a llevar el coco por la noche… es un sin vivir. Y lo peor es que me traslada a mi esos miedos con mi niña salvaje y no me deja en paz, mi monito que va descalza, subida por los sofás, sin chaqueta, tocándolo todo metiéndose los bombones de dos en dos en la boca, saliendo a la terraza nevando.. a mi tío le entran los mil sudores y a mí me da la risa. Yo estoy tranquilísima, sus niños están siempre malos, y la mía más fuerte que el vinagre.
Su mujer es para darle de comer aparte, y no me refiero a en otra mesa, porque come siempre con la boca totalmente abierta y haciendo más ruidos que un tren de mercancías. Es una fábrica de palabrotas. Una auténtica máquina de decir tacos. Siempre, todos los años tenemos los sitios asignados, y el Sr. P tiene la suerte de tenerla enfrente. La cara del Sr. P con su educación y rectitud es un poema. Me caguen la P… que buenas las gambas! Ostia p…. no hay mayonesa? Joder que frio. Niño coño no te muevas. Es capaz de decir en una frase de 10 palabras 8 tacos.  Ni intentándolo aposta es fácil conseguirlo, es un hacha, una autentica profesional de la blasfemia. Mi madre y yo evitamos mirarnos por miedo a un ataque de risa inoportuno mientras el Sr. P cogiendo cada vez un color más blanquecino-verdoso se pasa una de las servilletas bordadas por la frente.
Las navidades pasadas tuve la maravillosa idea de encargarme yo del menú. A que mala hora. Como cada vez me gusta más la cocina y el menú navideño en mi casa cada año era más desastroso y se llevaban pasando la pelota de año en año unos a otros hasta que acabaron contratando caterings, decidí ofrecerme. Tampoco voy a entrar en detalles, pero prepare un surtido de unas 6 o 7 entradas muy muy curradas que llevaba estudiando unas dos semanas antes de la fecha. Me lo tomé con muchísima ilusión, pero como es de esperar fue un auténtico desastre. No las entradas en sí, sino la respuesta de gente. El Sr. P. y mi “pareja” fueron los más listos, decidieron quitarse de en medio ambos días, nochebuena y navidad, se fueron a esquiar porque el pueblo de mis abuelos está cerca de las pistas. Y llegaron a las tantas a comer, el día de nochebuena comieron fuera. Mientras yo, encerrada en la cocina tenía que aguantar los comentarios de todo el mundo. Mi tío entraba sin parar diciendo ¿qué es esa porquería? A mí eso no me gusta. Aquí falta comida, nos vamos a quedar con hambre... Mi abuela diciendo que para que me cargo con tanto trabajo, que eso la gente no se lo va a comer, que va a sobrar comida… Y lo que acaba por reventarme es escuchar a mi abuelo decirle a mi abuela por lo bajito no sé qué narices hace ahí metida tanto rato total “pa na” o algo así. Mi abuelo es muy buena persona, pero de pocas palabras. No me hablo prácticamente con él, por no decir nada. Desde que un día hace muchos años, en plena juventud rebelde, me dijo, muy serio: vas a matar a tu madre de un disgusto. Todo lo que él dice, como es tan poco me llega al alma. Y yo que ya estaba que saltaba, pues reventé y me puse a llorar con un cabreo monumental, porque nadie estaba valorando que llevaba pensando el puñetero menú dos semanas, que llevaba 4 horas metida en la cocina y que lo hacía todo por el amor a la familia. Y que ellos no hacían más que dar por saco. Le conté a mi madre mi disgusto, mi madre les echo una bronca monumental a todos. A mi abuela del sofoco por la bronca, porque el Sr. P y mi chico mi chico, hoy llamémosle X, no habían aparecido a comer y los niños tocando la zambomba, se le empezaron a poner las piernas muy moradas. Mi tío que es médico y el rey del pánico decidió que había que llevarla a urgencias de inmediato y se fueron los dos, a las 9 de la noche, en nochebuena a urgencias. Y allí nos quedamos todos, con cara de sepia, o de gamba que pega más en estas fechas, yo con mi sofoco, todos con la preocupación y a mesa puesta. Aparecieron en torno a las once y media, y comimos como pudimos, como nos dejó el cuerpo, unas entradas con sabor a lágrimas y un pescado pasado, que era más bien un puré de pescado. Ni siquiera la boca abierta y las palabrotas de la mujer de mi tío nos hicieron sonreír esa noche.  
La navidad discurrió más tranquila, el Sr. P y X, volvieron a irse a esquiar con el consiguiente tercer o cuarto disgusto de mi abuela que considera que no son fechas para irse a ningún sitio, y menos para llegar a las tantas, con todo el mundo esperando en la mesa. Ya se habían ido el día de nochebuena y habían comido en la nieve, o sea que ese día ni siquiera se dignaron a comer en casa mi madre dice que fue una de las cosas que le provocaron a mi abuela la congestión en las piernas, mi abuela opina que para dos días que vamos al años, son dos días que hay que estar en familia, no deslizándose por las pistas ni comiendo alubias por pueblos perdidos. Pero oigan, en eso discrepo, las vacaciones son para que cada uno las disfrute como mejor les parezca, y como mejor se lo pasen, si al Sr. P y a X lo que más les gusta del mundo es esquiar pues bien que hacen, ¿la cuestión es que en nochebuena y navidad estaban, no? Un poco tarde pero llegaron. La que no llego a Nochebuena fue mi abuela a causa de sus piernas moradas, que fue a causa de los disgustos por que no vinieran a comer el Sr.P y X y a causa de mi menú con poca o con demasiada comida, depende los ojos, y causa del pánico de mi tío a los polvorones y a las longanizas y a causa del pánico de mi hija a su primo el mayor. Que eso no lo he contado, pero de pánicos familiares va el asunto. Durante tres días mi sobrino el mayor, el de 5 años, mantuvo aterrorizada a mi niña salvaje, no sé el motivo, pero le tiene terror, y se pasó las navidades agarrada a nuestra pierna como un koala huyendo del pobre niño que lo único que quería era jugar con ella mientras la llamaba princesa, pero mi hija es así. La cuestión es que la casa era una bomba a punto de explosionar por un cumulo de mil cosas superfluas que todas juntas formaban un explosivo incontrolable. Vamos como todos los años, no sé de qué me sorprendo. Este año han decidido que no se cocina nada. Que en nochebuena, todo de picar comprado y en Navidad se come fuera. A ver si conseguimos que nadie llore, y que nadie acabe en el hospital. Al final del trayecto, agotada, me escapo a la terraza a fumarme un cigarro y coincido con la mujer de mi tío, que curiosamente está más feliz que una perdiz y relajada fumándose su pitillo, no me había dado cuenta hasta ahora que durante toda la estancia no se había inmutado por nada.
-      Joder ostia tia, coño con lo de tu abuela, vaya navidades de mierda
He encontrado el secreto para liberar todas las tensiones navideñas., hay que decir más tacos en estas fechas cabecitas, pero eso si por favor, comer con la boca cerrada!

Bueno cabecitas locas, os deseo mucho amor navideño y mucha paciencia para todo lo que se avecina. Abrazos!


26 noviembre, 2014

¿Estoy dispuesta a pagar el precio? Y como controlar los impulsos


¿Qué significa realmente ser Trastorno límite de la personalidad? La palabra borderline significa en la línea, limítrofe, fronterizo. Como ya muchos sabréis o por mis posts habréis deducido, las personas TLP nos movemos en una constante línea límite, entre la responsabilidad y la inmadurez, entre el sentido común y la irracionalidad, entre estar cuerdos y estar locos, entre el amor y el odio, entre la tranquilidad y la desesperación, entre el control y el más absoluto descontrol. Eso es ser borderline. Una incesante inestabilidad emocional, relaciones interpersonales caóticas y continuos impulsos incontrolados.


Lo más duro de todo es la falta de comprensión por parte de la gente que nos rodea. Como hacerles entender a los familiares o amigos algo que ni siquiera tú mismo eres capaz de entender. Pueden intentarlo, pueden hacer un esfuerzo, pero cuando todo se te va de las manos, cuando tus impulsos o tu ira se apodera de ti, difícilmente alguien te puede entender. Es como estar absolutamente solo en una habitación, es como gritar y gritar y que nadie te oiga.


El hecho que a mi más me atormenta y no sé si a mis compañeros borderline también les pasa, es el hecho de perder mis alas. Dejar de ser la persona libre y descontrolada que era. Me angustia verme sin ellas, me desestabiliza pensar que me las quieran quitar. Comprender como dice mi Querido doctor A. que las alas con las que estamos acostumbrados a volar ya no sirven. Que no podemos seguir volando a base de impulsos y malas decisiones porque seguiremos estrellándome una y otra vez contra la misma piedra. Si queremos una vida estable y ordenada, no hay que renunciar a las alas, pero hay que saberlas cambiar, transformar en otra clase de alas, más seguras y duraderas.


¿Como podemos ejercitarnos para poder controlar los continuos cambios de ánimos, los impulsos y los conflictos de personalidad? ¿Como podemos hacer para que esa línea sobre la que vivimos en continuo equilibrio no nos destroce?

Lo primero es empezar a distinguir y reconocer los impulsos. Solo cuando aprendamos a reconocerlos con anterioridad, seremos capaz de evitarlos o por lo menos controlarlos. Cuando tengamos que tomar una decisión, cuando pensemos que necesitamos algo más que nada en el mundo o nos venga a la mente una emoción incontrolada, debemos pararnos a pensar. Debemos pensar si esa decisión, ese grito o esa actitud nos traerán consecuencias posteriores que nos harán daño. Debemos parar y pensar si el resultado de nuestro comportamiento nos perjudicará o perjudicará a cualquier otra persona.

Lo primero de todo como he dicho es saber reconocer que lo que nos sobreviene es un impulso o una situación de descontrol.

Lo segundo que debemos hacer es dejar pasar el pico de la ansiedad. Todo pasa, como ya dije una vez en el post como controlar la ansiedad, hay que recurrir a la campana de Gauss. No podemos mantenernos en esa situación disparadora  para siempre así que si nos relajamos, recurrimos a pensamientos alternativos y dejamos pasar el pico, seremos capaces de tomar decisiones controladas.

Lo tercero que podemos hacer una vez tenemos el control es hacer unos sencillos ejercicios. En un papel podemos plasmar los pros y los contras de la decisión o situación, si grito a esa persona que consecuencias positivas o negativas traerán o si cojo la maleta y me voy, o si dejo el trabajo, o si me enfado con mi pareja… Otro ejercicio que a mi me es muy útil es pensar si es una decisión que le recomendaría a una persona que quiero de verdad. Por ejemplo si le recomendaría a mi hija llevar a cabo tal actitud. Y otro de los ejercicios es recapacitar sobre si ese impulso lo tendría o lo llevaría a cabo una persona que pensamos cuerda y racional.



Cualquier persona que no sea TLP puede pensar por la explicación que esto es muy fácil pero mis cabecitas bordeline saben que tratándose de nosotros el pararnos a pensar, controlar y hacer estos ejercicios puede resultar extremadamente difícil cuando nos encontramos en medio de una crisis. No lo aprenderemos en un día, ni en diez, es una carrera de fondo, y entrenando poco a poco, se puede llegar muy lejos en nuestra enfermedad.

Tenemos que aprender a vivir de la manera más saludable posible, por nosotros mismos, y por la gente que nos rodea. Porque seguir queriendo volar con las alas rotas solo nos traerá frustración y desesperación, y estrellarnos una y otra vez. Tenemos que dejar crecer alas nuevas, limpias y sanas. Olvidarnos de pasado y solo mirando hacia delante, con calma, podremos ser capaces de cambiar las cosas. Y de llegar a tener por fin el control de nuestras vidas. Como dice mi querido Doctor, ¿estamos dispuestos a pagar el precio del Cambio?
Para más información sobre trastorno límite de la personalidad, adicciones y patologías duales:
http://ivane-adicciones.com/transtorno-limite-de-la-personalidad/





20 noviembre, 2014

D.E.P Duquesa







 Hoy es un día triste para el mundo TLP, hoy declaro tres días de luto oficial en el Hotelito de Nu. Cerramos por Defunción. Desde aquí quiero mandar mi pésame a la familia de una grande, la madre de todos los borderline, la Duquesa de Alba. No siendo yo muy de comulgar con esa familia, a la que desconozco bastante, creo que son muy de toros y esas cosas de la farándula, cosa que me espanta, lo reconozco, pero siempre he sentido una gran simpatía por esa mujer.

Siendo Duquesa y todos los cientos de títulos que ostenta no se ha dejado avasallar, ni dominar, ni maquillar, se ha mantenido fiel a sí misma. Ha sido la más hippie, la más libre, la más cabecita loca, la más borderline. Se ha movido por impulsos, y por que no, por caprichos, por que ella podía, claro que si. Se ha enamorado y desenamorado mil y una veces. Vivió la vida como quiso, fue un pájaro libre. Por encima de sus padres, de sus hijos, de la sociedad y de la política, y fue feliz. Se casó en contra de todo el mundo con el Sr. este, luchando contra viento y marea por amor. Que si, que podeis decir que solo la queria por su dinero. Pero ella le quería y quería estar con él, pues allá ella! La que le han dado entre todos a la pobre mujer. Para lo que le quedaba, que haga lo que quiera!! Sus hijos aprendieron a quererla como era. Toda España aprendió a quererla como era, LI-BRE. Nunca dejaste que te quitaran tus alas Duquesa, ahora ya las tendrás para siempre. El hotelito está de luto. Un beso Duquesa D.E.P.





19 noviembre, 2014

Que nadie te quite lo mas importante





¿Que somos en esta vida? ¿En que lugar estamos? ¿Somos un apellido, la hija de, la novia de, la madre de..? Nos olvidamos demasiado de nuestra propia identidad. Parece obvio, pero vivimos por y para los demás, y nos olvidamos demasiado de nosotros mismos. Tenemos que ejercitar eso porque si no te plantas, si no te encuentras si no intentas buscar tu lugar en el mundo nadie te querrá tal como eres. ¿Por qué la gente se empeña en cambiarnos? En modelarnos? Hay que seguir intentándolo, nunca hay que parar de seguir intentando ser tu mismo.

Woody Allen dijo una vez: No se cual es la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso, es intentar complacer a todo el mundo.

Lo más fácil es complacer a los demás, la vía fácil es bajar la cabeza y decir si, ser como los demás quieren que seas, lo difícil es ser tu mismo, mantenerte fuerte, con tus ideas y convicciones. A la gente le parecerán locas, le perecerán raras o sin sentido, pero mientras seas tu mismo, mientras te mantengas fiel a tus creencias, estarás un poco más cerca de la felicidad. La felicidad es ser  coherente con lo que dices, lo que piensas, y lo que haces. Vivir por y para los demás no se acerca lo más mínimo a la felicidad. Si alguna vez esta cabecita loca le tiene que enseñar esta lección a su hija, no tendré otra cosa que decirle que hija se tu misma, mantente fiel a ti misma, y se coherente. Con esto no estoy diciendo que yo lo ponga en practica… desgraciadamente consejos doy y para mi no tengo, o como se diga.. en casa del herrero cuchillo de palo. Vamos que la teoría me la se, pero la práctica es otra cosa.

La cuestión es mantenernos fuertes cabecitas, mantenernos fieles a nosotros mismos en este mundo loco, cuando todo el mundo intenta que seamos como ellos quieren mientras la vida te golpea.
Como dice mi amigo Rocky, nadie golpea más fuerte que la vida. No importa lo fuerte que golpeas si no lo fuerte que pueden golpearte. Hay que soportar sin dejar de avanzar. Así es como se gana. Si tu sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces. Pero tendrás que soportar los golpes, y no puedes decir que no estas donde querías estar por culpa de el de este o del otro, eso lo hacen los cobardes, y nosotros no lo somos, somos capaces de todo, hasta que no empecemos a creer en nosotros mismos no tendremos nuestra vida propia.
Nunca dejes de intentarlo, nunca. Esa es la lección que este pájaro quiere enseñarle a su pajarito.
Si aceptáis mi consejo cabecitas locas, no dejéis que nadie os diga como tenéis que hacer las cosas, como tenéis que ser, ser vosotros mismos. Os equivocaréis mil veces, os caeréis, pero os levantaréis. La clave del éxito es aprender siendo vosotros mismos, pegaos el batacazo, una y otra vez, sed libres, aprended de vuestros errores y que nadie nunca os quite vuestra identidad, por que es lo único que nos queda.

Un abrazo cabecitas.








16 noviembre, 2014

Un viaje, unas verduras, y unas amigas lesbianas







Queridas Cabecitas Locas!

He estado unos días fuera. Me he embarcado en mi primer viaje de trabajo. Y ha sido un éxito!

El despacho me ha mandado a un curso a Murcia, pero la realidad es otra, la realidad es que me he ido a una misión espía especial. Como es un asunto confidencial, vamos a poner que me he ido a estudiar… las lechugas.

Todo empezó cuando llame la pasada semana a Suiza para preguntar una cuestión que concernía mi caso, un importante caso de unas lechugas que se pelean contra unas berenjenas.  Con la suerte de que me pasan con el mas Alto cargo en lo que a estos asuntos se refiere, La Sra. Verdura.

La Sra. Verdura con la que comienzo ha hablar en mi estupendo François, resulta que es majísima, y española. Y al averiguar que yo también soy española, me comenta que en dos días va a dar un curso en la universidad de Murcia sobre el gran mundo verduril, al que me invita oficialmente, ya que opina, dada mi pregunta, que me podría interesar muchísimo.

Mi cabecita loca se pone a maquinar automáticamente. Ya que siendo yo muy culo inquieto, y  gustándome  más un viaje que a un niño unas golosinas, considero que es una oportunidad irrechazable de conocer a la Sra. Verdura, de aprender y de avanzar en mi caso LECHUGAS VS.BERENJENAS.

Me pongo a investigar el curso. Son dos días, y cual es mi sorpresa, los que lo impartan son la jet set del mundo vegetal internacional. ¡Mi caso está absolutamente relacionado con todos ellos!

Ni corta ni perezosa, se lo propongo al Sr. P, y le parece una idea estupenda. Al día siguiente la secretaria, la Señora Rottenbawer, ya me tiene preparados los billetes, el hotel y la inscripción al curso. Me reúno con el Sr. P y me da todas las indicaciones que tengo que tener en cuenta en mi viaje. Escuchar, espiar , conocer a la gente y observar. Una misión absolutamente de espía internacional, y de comercial. Que divertido, ya sabéis cabecitas, que siendo yo muy bordeline me pierden estas sensaciones extremas. Una cosa que me hizo especial ilusión fue cuando el Sr. P. me entregó mis propias tarjetas del despacho, “elhotelitodenu” abogados. No me lo puedo creer, en una semana ya me está mandando en nombre y representación del despacho a una misión, con mis tarjetas. Me llena de orgullo y de motivación. Conociéndole, se que es un voto de confianza, saliendo de el, muy importante. Mandarme en nombre del despacho, con mis propias tarjetas. Podría haberme mandado simplemente como una estudiante mas al curso. Simplemente escucha y aprende. No puedo cagarla, dios, cabecita, no la cagues.

El día del viaje me propongo comprarme ropa decente de abogada y ultimar los detalles. Aparezco en el despacho un par de horas antes de partir, con una bolsa de gimnasio, llena de ropa a reventar, el portátil, cargadores, bolsa de aseo… El Sr. P y la Sra. Rottenbawer me miran ojiplaticos. ¿No tienes una maleta chiquilla!? ¿Y una funda de portátil? ¿Como piensas ir al curso con el ordenador debajo del brazo o colgado del cuello? Que barbaridad, cuantas cosas hay que pensar, no había caído. Pensaba que con repasarme el caso y comprarme un par de zapatos nuevos estaba todo hecho. Me dan una maleta de mano y una funda de portátil, y pienso que este despacho debe tener alguna puerta de todas las del pasillo circular donde haya un chino, vendiendo material de contrabando viendo su pequeña tele en chino,  en este despacho hay de todo.

A los dos días de haber hablado con la Sra. Verdura, ya estoy en el tren hacia Murcia. Repasándome todos los papeles del caso LECHUGAS vs. BERENJENAS. Muy ilusionada y sintiéndome muy importante con mis tarjetas en el bolso.

El hotel es el típico hotel gigantesco lleno de luces, se entra por unas escaleras mecánicas. Y dudo si he llegado al hotel o si me he metido sin querer en el corte inglés. Cuando hago el check-in, vuelvo a sentirme importante porque lo tengo todo preparado por la Sra. Rottenbawer a nombre de la empresa. La chica de recepción siendo ella muy maja y muy sudamericana, me pide amablemente una tarjeta de crédito como fianza. Y le tengo que decir que no tengo. Señorita, es que siendo yo muy borderline no se me tiene permitido tener tarjetas de crédito, por esas cosas de los impulsos, no vaya a coger un avión a Punta Cana en vez de ocuparme de las verduras. Me mira raro, no te fíes de un abogado que no tiene tarjetas de crédito. En el ascensor, subo pensando en todas las clases de urgencias y emergencias que me pueden pasar y en las que puedo necesitar la tarjeta, todas las clases de desgracias mundiales, robos, invasiones zombi, y cualquier cosa de las típicas que me suelen pasar a mi. La habitación es muy bonita, con su cama de hotel, sus mesitas de hotel, y su baño como todos los baños, no entraré en detalles.

Después de instalarme y ducharme, me propongo bajar a cenar. Mi amiga de recepción me comunica que no tienen restaurante, cosa que me parece rarísimo siendo un hotel tan grande y con tantas luces, pienso en preguntarle si esta segura, igual tienen y ella no lo ha encontrado. La cuestión es que me invita a dejar el hotel para buscarme la vida. Me siento tranquilamente a buscar por internet un buen restaurante. Ya que tengo que salir sola, por lo menos que sea a una sitio que me guste, y encima paga el Sr. P, bueno, la empresa. Encuentro el sitio perfecto, un japonés fusión, al que ponen muy bien las críticas.

El restaurante es muy moderno y acogedor, con luces bajas y mesas altas de madera. Ceno estupendamente, el camarero es majísimo y la comida es increíble. Le comento que me de el ticket para la empresa pero cuando llego al hotel, después de mi cena, me doy cuanta de que me lo he olvidado, muy típico de esta cabecita. Intento llamarle sin éxito, y decido que al día siguiente, repetiré sitio, ya que me ha gustado tanto, para recuperar mi ticket, no vaya a ser que a la Sra. Rottenbawer no le cuadren las cuentas, se le erice el pelo y tengamos un disgusto.

PRIMER DIA DE CURSO:

Llego a la universidad con tiempo, con mi outfit de abogada, muy mona yo, y me dispongo a dar mi nombre en la mesa de inscritos.

-       Hola “elhotelitodenu” vengo de parte de la Sra. Verdura.

-       Si, Sra. Hotelito, tienen reservada la primera fila.

Ejem, ¿como? Me siento muy VIP y me dispongo a instalarme en el salón de actos en mi primera fila reservada. La cuestión es que me han confundido con una ponente, y estoy rodeada de todos los personajes importantes, a los que debo observar y espiar en mi misión especial. A mi derecha se sienta el Sr. Raíz, a mi derecha la Sr. Verdura, que la reconozco al oírla presentarse a otras personas, y a su derecha, el Sr. Pimiento. El Sr. Pimiento es un personaje a espiar mucho, según ordenes del Sr., ya que está muy metido en LECHUGAS vs BERENJENAS.

Nos sentamos y me presento oficialmente a la Sra. Verdura recordándole nuestra conversación telefónica, y se pone muy contenta de que haya podido asistir al curso, con tan poca antelación. Me presenta al Sr. Pimiento. Que nervios, me siento como Mata Hari.

Empiezan las ponencias. Son todas en inglés. Hablan el Sr. Pimiento y la Sra. Verdura, aprendo mucho. Me sorprende que todas las presentaciones me sean de tantísima utilidad para el caso LECHUGAS vs. BERENJENAS, que bien he hecho en venir. Me estoy haciendo toda una experta en el mundo vegetal.

Llega el descanso para comer y le pido a la becaria a ver si me pudiera pasar las fotos que está haciendo, con el fin de incluirlas en el informe para el Sr. P. Me dice que me las dará en la comida, que tenemos mesa reservada. No fastidies! No no no.. comida no. ¿De que hablo tanto rato con esta gente? Seguro que se me ve el plumero, seguro que me pillan que vengo en misión especial y que soy de LECHUGAS vs. BERENJENAS.

-       Perdona, no tenía ni idea de lo de la comida.

-       Ah! Pero que tu no eres ponente?

-       Yo? No no

-       Ah pues entonces, no, es solo para ponentes.

Después de que me hayan confundido dos veces con ponente y de haberme hecho ver que soy de categoría inferior, consigo librarme de la comida y me voy a comer mi bocata a la cafetería de la universidad. Ahí donde se habla, se ríe y se juega al mus. Mucho mas mi sitio, si señor.

Por la tarde más ponencias, de gente que sabe mucho, el Sr. Raíz y la Sra. Rama, que es una investigadora muy pro. Formulo un par de preguntas, en inglés, que algo tienen que ver con mi caso, les parecen preguntas muy interesantes y me quedo muy contenta con la explicación.

En los descansos, comienzan a hacerme mas preguntas.. de que despacho vienes, de donde eres.. Me pregunto si ya se me está viendo el plumero. Yo discreta ante todo, intento no profundizar demasiado en nada y seguir todas las indicaciones del Sr. P.

Al final de la jornada me vuelvo en taxi al hotel con la Sra. Verdura, el Sr. Raíz y el Sr. Pimiento. Que gran trabajo. En un día he conseguido intimar y meterme 20 min en dos metros cuadrados con el núcleo de mi investigación. Hablan de sus respectivos trabajos, yo soy todo oídos, y me preguntan sobre mi vida, donde he echo la carrera y de que manera. Doy las respuestas perfectas, discreción y decir justo lo que hay que decir. De momento va todo viendo en popa. Saben de que despacho vengo, saben que hablo inglés y francés y que me he financiado la carrera trabajando. Creo que he dado buena imagen. Llegamos al destino, nuestros hoteles están pegados, y el Sr. Pimiento me dice que si el despacho me paga el taxi que page yo. Muy grande Sr. Pimiento. Están encantados, nos despedimos, y me alegro de que no se les haya ocurrido invitarme a cenar, ya que tengo la misión de recuperar mi ticket para la Sra. Rottembawer. Y de todas formas, en una cena con tanto tiempo para hablar y preguntar, se puede cagar en un segundo, lo que he conseguido en un día.

Llego al hotel, día superado.

Repaso las notas tomadas en el día, hablo con la familia, me ducho y me voy a cenar. En el japonés sigue mi amigo el camarero, más sonriente y amable que ayer, al ser la segunda vez que nos vemos. Decido sentarme fuera ya que hace una noche estupenda y hay menos jaleo, por si me llama el Sr. P para contarle  tranquila las novedades. En la terraza hay solo una mesa ocupada, por cuatro chicas de mi edad, parece que se lo están pasando en grande. Una de ellas se acerca a pedirme la hora y se presenta como la cocinera del lugar, es súper simpática, y me comenta que ya sabe que repito sitio. Las observo y caigo claramente en que son dos parejas de lesbianas. Una de las parejas son las dueñas del local, de ahí el nombre bolleril del sitio. Hablo con el Sr P. alucina con las novedades y con lo bien que va mi misión. Mientras espero la comida, me llega un aperitivo de parte de las chicas, una viera braseada, de las mejores cosas que he probado en mi vida. Sigo confirmando que son majísimas. Vuelvo a cenar increíble, y las chicas me invitan a tomar el postre en su mesa. Me siento con ellas y me lo paso bomba. Una de las cuatro es monologuista, la reina de los monólogos bolleros y feministas. Una grande. Son las cuatro divertidísimas y paso un rato relajada, contándoles mis historias, y riéndonos hasta de nuestra sombra. Que gran viaje. Pero son casi las 12 y como cenicienta tengo que volver a mi castillo de luces y colores que mañana me esperan las verduras.

Al día siguiente retomamos el curso, siguen las ponencias, y en el descanso. Las preguntas de los personajes a espiar son cada vez más concretas. El Sr. Pimiento me pregunta en que caso andamos metidos y yo que no quiero entrar en detalles le contesto que en uno.. que esta en proceso, que tenemos el juicio a final de mes. Con esos pocos detalles y con las preguntas que llevo formulando durante el curso el Sr. Pimiento tiene claro que vengo por el caso LECHUGAS vs BERENJENAS.  

Se acaba el día, fin del trabajo, creo que a salido todo a pedir de boca. He hecho buenos contactos. He dado mis tarjetas de “hotelitodenu” abogados, he conseguido tarjetas importantes del mundo verduril. He sido discreta no he hecho ninguna cagada gorda y me llevo de vuelta información importante para mi caso. Creo que el Sr. P estará muy contento.

Me voy hacia la estación con el Sr. Pimiento y otro Sr. Importante en taxi esta vez pagan el y su cara ya es de circunstancias, ya saben quien soy y de donde vengo.  Me despido amablemente con dos besos, encantada de haberles conocido, ha estado muy bien el curso.

Por casualidades de la vida cojo el tren con mi amiga monologuista. Que subidón. Todo el rato de tren de monologo gratis. Tanto por mi parte como por la suya. Me lo paso pipa. Me paso el viaje contándole mis penas y alegrías. Nos reímos a más no poder. Es una persona de esas que te cruzas en la vida y dejan huella. Me hace de psicóloga durante el trayecto diciéndome cosas tan claras y tan obvias que ni mis psiquiatras y terapeutas me habían ayudado tanto en mucho tiempo. Desde aquí le doy las gracias a esa cabecita loca.

Llego a mi destino. Subo al despacho, arreglo las cuentas con la Sra. Rotembawer, que le cuadran y respiro con tranquilidad, le cuento las novedades al Sr. P, y alucina bastante con mi desparpajo. El hecho de echarle tanto morro, el hecho de llegar plantarme en primera fila y empezar a hablar con todo el mundo supongo que es lo que mas le llama la atención. Y la información que traigo del caso le sorprende y la cuestión es que nos soluciona una cosa muy importante. Todos contentos.

Bueno cabecitas, aquí acaba la historia, de mi primer viaje de trabajo, unas verduras, y unas amigas lesbianas, espero haberos entretenido un ratito, yo me lo he pasado muy bien contándoos mis aventuras. Un beso o dos y nos vemos pronto cabecitas.
*Los lugares y los nombres de los personajes pueden no estar sujetos a la realidad. 
 

11 noviembre, 2014

Mi primer día, el Sr. P. y un pasillo circular



Buenos días Cabecitas Locas!


Ayer fue mi primer día de trabajo. Y he sobrevivido.



Ya que tengo que decir que tengo una dificultad añadida, no tengo bastante con ser TLP, tener una niña en plena crisis de hiperactividad de los dos años, y una familia encima de mi a todas horas preocupada por todo lo que hago, y no la culpo porque sus razones tienen.



A lo que íbamos, ya es bastante difícil empezar en un nuevo trabajo, con nuevos compañeros, recién licenciada con 30 años, cuando todos te miran escrupulosamente, todos te juzgan, no sabes hacer nada, no sabes donde esta nada, y encima, queridas cabecitas, el jefe… es tu padre.



Y para mas inri, esta es mi segunda oportunidad, la primera la cague estrepitosamente, me probó un día, me incorporé, me montó un despachó, me entró el acojone, me dio una crisis, me dió un impulso y al segundo día no aparecí, dejando a mi padre, el despacho y a todos con cara de sepia fria. Así que todos me conocen como la hija del jefe que se licencia con 30 años viene un día y desaparece. Vamos, menos mal que mi querido Doctor A. me dijo que presiones las justas y con cuentagotas, porque he entrado que apenas podía mantenerme en pie sobre mis dos patas de alambre temblorosas.



Trabajar con tu padre es una gran putada, ya seas fontanero, panadero o abogado, ya seas depresivo, borderline, o estés más feliz que una perdiz, ya veas la vida en colores o en blanco y negro, la familia y el trabajo en la misma olla raramente sale bien. Te llevas el trabajo a casa y lo personal al trabajo.



Mi padre que resulta no ser mi padre para rizar mas el rizo, es el marido de mi madre, me ha criado desde pequeña, así que para mi es mi padre sin perjuicio de que mi padre biológico sea mi padre también. ¿Entendemos cabecitas? La cuestión es que le tengo todavía más respeto que si fuera mi padre padre.

Vamos a ver si nos entendemos, una familia es como si fueras funcionario, nadie te puede echar, tus padres son tus padres, supuestamente, te tienen que querer y aceptar tal como eres, y aguantar, seas como seas, si les toca un personaje de hijo de aquí te espero de esos del programa hermano mayor pues ajo y agua, pero si al Sr. P. se le hinchan las bolitas, no hay lazos de sangre que valgan, por más 30 años que lleve con mi madre, y eso vale tanto en casa como en el trabajo. Y ya os digo yo que a nadie le gustaría hincharle los buñuelos al Sr. P.

En lo que a sentimientos se refiere, es una cuestión peliaguda, puesto que al igual que se sobreentiende que tus padres te tienen que querer por ser tus padres también parece que están en la obligación de darte y de hacer cosas por ti por ser tus progenitores. Pero el Sr. P., nunca a tenido esa obligación conmigo puesto que no soy su hija biológica, y aún así me ha dado más de lo que ningún niño podría desear, me ha dado y ha aguantado demasiado. Por lo tanto siento hacia el un sentimiento de cariño pero a la vez de profundo agradecimiento que me hace sentir como que le debo demasiado, y eso puede llegar a ser contraproducente en la vida y en el trabajo. Como que siento a la vez que le quiero y que estoy pillada por los huevos y que tengo que dedicar mi vida a responder por todo lo que me ha dado.

Es la única persona que consigue hacerme llorar con una mirada y solo pensar en el me pone un nudo en el alma. Es una mezcla de amor, miedo, respeto y agradecimiento. Una mezcla de sentimientos que este pájaro no procesa bien. Siempre hemos tenido una relación complicada, yo, la persona más desastre del mundo, y el, la rectitud  más absoluta.



Volviendo a mi primer día de trabajo. Me he presentado yo, con mi look de abogada otoñal medido al milímetro, quería causar buena impresión. Leggins negros, americana negra, fular camel, piernas temblando, bien perfumada, maquillada. Sintiéndome tan poca cosa frente a ese enorme portón de madera. El despacho ocupa toda una planta alta, en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. El problema de que ocupe toda una planta es que forma un pasillo circular comunicado por ambas partes, vamos que no tiene fin, el terror de la nueva incorporación. Un enorme pasillo circular con 1000 puertas. Con lo cual he pasado la mañana caminando en círculos y entrando en despachos: Uy! Perdón! Uy! Disculpa! Lo siento!

Me he instalado en la pequeña salita de reuniones donde me tenia que ver con el Sr. P. Una pequeña sala donde solo hay una gran mesa cuadrada de roble (creo, o vamos, de madera de la buena) rodeada de comodísimas sillas de cuero negro. En una de las paredes hay un gran cuadro abstracto de tonos verdosos a juego con la moqueta que cubre toda la sala. En la otra pared de mármol, una estantería de cristal empotrada donde reposan dos grandes figuras de esquimales que descansan sentados y se abrigan con sus pieles, recuerdo esas figuras, solían estar en el salón de mi casa, solía jugar con ellas a inventarme historias de aventuras en la nieve.



Cuando llega el Sr.P. con su té me ofrece café,  lo rechazo amablemente, me parece más profesional…a mala hora. Sobre la mesa hay 6 cajas enormes de archivos, como me iba a imaginar que todas eras par mi! Que divertido.

Me explica el caso, pero no el caso en sí. El caso desde el origen de los tiempos. El Sr. P. es así. Es como si me quisieran explicar si Podemos ganaría hoy una elecciones y me empezaran contando que Pablito Iglesias jugaba con una pelotita en la plaza de su pueblo , le gustaban los garbancitos de su abuela, se mordía las uñas, tenía un perrito que se llamaba Pancho…

La cuestión es que no se si serían los tonos verdes de la habitación, acordarme de las historias de los esquimales, la voz calmada del Sr. P, que quieras que no es “mi padre” y la voz de un padre pues “che”! da sueño! Que era incapaz de mantener los ojos abiertos. Dios mío ese café.



Cuando a acabado con la primera parte del caso y se ha metido en una reunión me he propuesto ir a por ese café para ponerme al lio con fuerza, y después de 10 minutos caminando en circulo y abriendo puertas, uy perdón, uy lo siento, he encontrado la cocinita, pero aquí la gente no parlotea alrededor de la maquina de café como en la tele, aquí todo está en silencio, no hay nadie en la cocina, y la gente trabaja. ¿Serán todos extranjeros?

Feliz semana cabecitas locas!!